miércoles, 10 de noviembre de 2010

Bush + Massera un miércoles a la mañana

Leer el matutino “La Nación” dos veces a la semana es una de las torturas que me impuse a cambio del vil beneficio de un 2x1 en las entradas de Cinemark y un descuento en la Pizzería “La guitarrita” que otorga la tarjeta Club La Nación.

Entre otras cosas, y con respetuoso tono de claustro, casi como si hubiera muerto un prelado, La Nación informa en el día de la fecha, que ayer inhumaron “con la máxima reserva” nada menos que los restos del ex almirante Eduardo Massera, “hombre fuerte” de la dictadura militar.

Dos páginas atrás, la sonrisa de George W. Busch, flamante ex presidente de EEUU, responsable de una de las más patéticas épocas que hemos sabido construir como especie humana, firmando ejemplares de sus “memorias” llamadas “Decision Points”. Y que según el matutino cierra con la siguiente frase de G.W.: “Sea cual fuere el veredicto sobre mi presidencia, me siento cómodo con el hecho de que no voy a estar aquí para escucharlo”: (¡!) y un coup de grace, alineado en la ética Cobiana: “Ese es un punto de decisión que solo la historia alcanzará”.

Declaraciones de Bush:

1) Según el ex mandatario estadounidense, la práctica conocida como “asfixia simulada” o “submarino”, aplicada a sospechosos de terrorismo durante interrogatorios en la base militar de Cuba, no es tortura. Y justifica la autorización para su uso con el argumento de que ayudó a impedir atentados y salvar vidas: “Usando esta técnica salvé vidas. Mi trabajo era proteger a Estados Unidos. Y yo lo hice”.

2) Acerca del plan que él mismo ordenó diseñar al Pentágono para atacar plantas nucleares iraníes y realizar su ataque encubierto a Siria dice lo siguiente:“Nadie estaba más sorprendido o enojado que yo cuando no encontramos las armas. Tenía un sentimiento nauseabundo cada vez que pensaba en ello. Todavía lo tengo.”

“Todo muere, finalmente” me dice alguien apenas lo informo de la muerte de Massera, al mismo tiempo que resumo la noticia de las "Memorias" de Bush. No hay mucho más para decir.


Solo digo que si bien no todos podemos aspirar a la “grandeza” como personas, si podemos tratar de no dañar todo a nuestro alrededor, porque puede que el daño no termine nunca. Eso, para lo que estamos vivos.

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