En este mundo
Nada puede ser alcanzado,
Perseguido.
No hay nada que encontrar.
La flecha se convierte en círculo.
El menor gesto,
El menor movimiento nos aleja.
Por eso hay que pararse en ese intervalo,
En ese espacio en blanco entre las letras.
Ya no hay separación:
Estallaron las formas y los signos.
Nada es real.
Ahora puedo ver más allá del lenguaje
Ese Lugar o corazón o Templo.
Útero del mundo. Oscura matriz de lo posible.
Sé que un día despertaré en una observación
Completamente desnuda, completamente virgen.
Escribo como quien salta o juega o ríe o canta.
El poema apunta hacia lo que está detrás,
Hacia lo vacío.
Lo que desvela se oculta entre las sílabas.
(...)
De Variaciones del Mundo, Ediciones El Mono Armado, Diego Roel, 2010
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