sábado, 23 de junio de 2012

Reseña de "La Fe" en Revista Ñ - 9/6/2012



Al límite del género
En su tercer libro, “La Fe”, la escritora Mariana Docampo intenta desafiar la movilidad del pensamiento.

Por Virginia Cosin, para Revista Ñ – 9/6/2012
"La fe", tercer libro de Mariana Docampo, reúne, según consigna la portada, un conjunto de relatos. Pero al adentrarse el lector en ellos, lo primero que aparece es la pregunta sobre la especificidad de estos textos que juegan con los límites del género: cuento, mito, historia, ensayo, diatriba, novela en miniatura, poesía. Y, dentro de ellos: mujeres, hombres, animales, travestis, transexuales, lesbianas, homosexuales, trans. En el último de estos escritos no hay ellas o ellos. Hay ell@s. Así, la identidad de género arrobada pierde su marca diferencial y se inserta en una nueva inscripción genérica. Desafiar la inmovilidad del pensamiento y de la lengua. Ésta parece ser la propuesta. Palabras que, dispuestas una al lado de la otra, depositan explosivos y minan el texto. Leer a Docampo es como intentar subir una escalera mecánica que baja. A pesar de que se cree estar avanzando, que la motricidad lectora pone en marcha los mecanismos acostumbrados, no vamos ni hacia atrás ni hacia delante. Nos movemos sin movernos.
En el primero de estos textos, “La Raíz”, la cuestión es el origen, el centro neurálgico de la historia familiar, en el que la narradora encuentra, o cree encontrar, la genealogía de las propias neurosis. “La pampa” reproduce algo de la pregunta del relato previo pero no para indagar en un sujeto y la relación con su historia familiar, sino en ciertas prácticas sociales y sus mitos de origen. La diferencia entre ambos textos se halla en el trabajo con el lenguaje que en el primero adopta modos del paper académico y en el segundo asume una pulcritud que no deja colar nada entre su concisión y su justa medida. “La soledad” es una serie de estados de ánimo y de, otra vez, preguntas, que se empujan y se disuelven para dejar lugar a las próximas. Un monólogo interior que recuerda al de Las olas, de Virginia Woolf. Otro experimento, más formal, es el que parece desarrollarse en “La pileta” en el que Docampo juega con el manejo del tiempo y las posibilidades del relato: lo que se oculta y lo que se dice en una anécdota aparentemente vacua sobre la construcción de una pileta. “El amor” quinto cuento del libro, aborda, como en otros, uno de Los Grandes Temas, con mayúsculas, como si se tratara de un diálogo platónico en cuyo vaivén dialéctico se intenta desentrañar la esencia de algo. Pero sabiendo que no hay esencia alguna. Una visita al zoológico dispara una búsqueda espiritual en “La Fe”, relato que da título al libro. Y el ultimo de estos textos –sin contar el breve epílogo-, “El arte o la cultura”, propone una suerte de ars poética en el que la autora introduce una serie de justificaciones teóricas y explica las ideas que la llevaron a desarrollar estos relatos: “Para comprender mi cuento es necesario desordenar el pensamiento, buscar nuevas coordenadas para unir las palabras. Destruir el argumento, ir hacia el centro. Hacia el foco, que irradia y absorbe. Mi cuento surge de la intuición, como un hijo o una hoja”.